El virtual cierre de los mercados europeos exige una determinación urgente respecto al aumento del porcentaje de corte. Evitaría el colapso de la industria pero además neutralizaría el déficit energético ya que la producción anual del Biocombustible supera holgadamente el volumen de gasoil que proviene del exterior.
La Unión Europea (UE) acordó imponer aranceles a las importaciones de biodiesel de Argentina e Indonesia, países a los que acusa de vender el combustible al bloque a precios injustamente bajos. La decisión representa un duro golpe para las empresas locales, que advierten que la medida puede provocar un verdadero colapso en la industria.
Sin embargo y lejos de quedarse en el lamento, referentes del sector propusieron soluciones que permitirían una reactivación inmediata y con ello evitar el cierre de las instalaciones y la pérdida de miles de puestos de trabajo. Basta solamente con la determinación de las autoridades de aumentar el corte obligatorio, medida que ademásneutralizaría el déficit energético.
Según explica Claudio Molina, Director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, si se generaliza la mezcla al 10 por ciento, la demanda podría alcanzar 1,6 millones de metros cúbicos anuales -1.416.000 toneladas- frente a las 800.000 actuales. Si al mismo tiempo se podrían usar cortes especiales de un 20 por ciento en generación eléctrica –técnicamente es posible-, agro y transporte automotor de pasajeros y de carga pesada (Mercedes Benz, por ejemplo, homologó este uso para transporte automotor de pasajeros) la mayor demanda agregada sería de 1.500.000 m3 anuales -1.327.500 toneladas- De esta forma, el consumo interno de biodiesel ascendería a 3.000.000 de metros cúbicos anuales o 2.743.500 tns., equivalente al 63,8 por ciento de la capacidad instalada de producción de biodiesel. “En estas circunstancias se estaría sustituyendo casi todo o todo el gasoil importado a la fecha y la industria de biodiesel podría aumentar incluso –y de manera holgada- su producción”, afirma.
El especialista señala asimismo que el precio del biodiesel producido por las empresas adheridas a la Cámara Argentina de Biocombustibles –CARBIO-, la que nuclea a los grandes productores, “está por debajo del gasoil importado, si la comparación se hace sin aplicar los impuestos específicos” –que suman 41 por ciento-. “Ocurre que en la Ley de Presupuesto Nacional 2013 y en la de 2014 –de reciente sanción- se establece una exención de dichos impuestos al gasoil importado, de hasta 8,4 mm3 anuales, mientras el biodiesel de producción nacional, por una interpretación arbitraria de la AFIP, los está tributando en el surtidor, hecho que lo encarece mucho de una manera ilegítima e injusta”, advierte.
Molina entiende que que los funcionarios del Ministerio de Economía a cargo de la Unidad Ejecutiva Interdisciplinaria de Monitoreo, que en la práctica tiene a su cargo la Autoridad de Aplicación del Programa de Biocombustibles, “hacen lo imposible para que no se usen”. Apunta que “tienen poco interés en sustituir importaciones de gasoil” y critica que generaron mucha incertidumbre estableciendo medidas retroactivas y no publicando las normas en Boletín Oficial, “hasta llegar a lo increíble de cambiar las alícuotas de derechos de exportación sin que las mismas se conozcan públicamente”. Y como si fuera poco, denunció que “en la importación de gasoil hay involucradas importantes comisiones para YPF o ENARSA o CAMMESA, más probablemente, otras formales”.