Cada uno con su café en mano, se sentó a la mesa de una amplia e iluminada oficina. Allí, comenzamos a desandar la historia de una de las familias más emblemáticas de la actividad, Fortunato Fortino. Una marca característica no solo en el rubro combustibles, sino además, automotriz.
En 1959, los hermanos Humberto y Fortunato Fortino decidieron, desde aquella «mesa chica» que terminó sentando las bases de CAPEGA, poner en marcha una estación de servicio bandera Shell que se conserva hasta ahora por sus estándares de calidad.
«Nuestros padres nos enseñaron a ser rigurosos con los negocios, los números. Nos enseñaron a no endeudarnos, tener siempre las cosas claras», explica Adelina, haciendo honor a su profesión como contadora y su personalidad que llena toda la sala.
A los hermanos Humberto y Fortunato, primera generación de la familia Fortino en incursionar en el rubro estaciones de servicio, siguieron Humberto y Adelina; hoy al frente de ambas empresas: la expendedora de combustibles y la concesionaria de Avenida Além y Mate de Luna.
«Nuestra actividad es como otras, sufre los vaivenes de la economía del país. Pero también es muy particular porque no tiene fines de semana, ni descanso. Se trabaja las 24 horas, los 365 días del año», nos cuenta el hombre que siguiendo el legado de su familia, supo forjar toda una marca en Tucumán.
En un entorno en el que las mujeres tienen un gran peso específico, Adelina se presenta orgullosa como «hija de Fortunato Fortino y Yolanda Ruíz».
El denominador común de las empresas que conforman nuestra «casa», CAPEGA, es la generación de puestos de trabajo, en contraposición de una realidad nacional desfavorable.
Pero, en este caso, los Fortino suman un valor importante en los tiempos que corren: «nosotros también preservamos a los trabajadores con mucha antigüedad. La mayoría deja la empresa porque se jubila. Para esta firma es muy importante el conocimiento y la experiencia».
Sin dudas, la figura de los padres, Fortunato y «Yola», plasmaron en nuestros entrevistados de hoy y estimados amigos, no solo la cultura del trabajo, sino además, la rectitud, la transparencia de sus acciones y la buena reputación que una familia debe saber construir.
Erica y Solange, tercera generación de la firma Fortunato Fortino y Cia., con 32 y 31 años, respectivamente, participan, opinan; pero al mismo tiempo reconocen que a su mamá, Adelina, le cuesta delegar.
En ese sentido explican: «Muy de a poco va confiando y dejándonos decidir», relatan dos jóvenes sonrientes, (una abogada, la otra contadora) y con un mandato familiar muy fuerte: «las cosas se hacen bien». Claramente, al sello de Yolanda y Adelina lo hicieron propio.
Pero no son los únicos jóvenes que nos sorprenderán con su ímpetu. En esa sala, aún restan dos más, que parecieran entenderse con la mirada y estar conectados por el simple hecho de ser hermanos.
Andrea y Humberto Fortino, primos de Erica y Solange, sonríen y contagian todas las emociones positivas. Extrovertidos, apasionados y con una empatía propia de esta familia.
Andrea, con título de abogada ostenta el perfil perfecto, para ser líder en Relaciones Públicas. Asegura que dentro de la empresa, la relación entre primos es diferente. «Cada uno respeta su lugar, no se invaden espacios».
Además cuenta que de su abuelo le quedaron sus sonrisas, su carácter noble y el respeto de la gente hacia ese hombre que ya no está. Sin dudas, Yolanda se lleva todas las «estatuillas» a fuerte personalidad, pero tan querida y respetada como su compañero de toda la vida.
Humberto (hijo) es el vendedor que esta firma necesitaba y todos celebran eso. Si entras a la empresa Fortunato Fortino, salís llenando el tanque de Shell o comprando un Citroën. De eso, nadie tiene la menor duda.
«En estos tiempos no se puede prescindir de las redes sociales. Tenemos un departamento de Marketing que trabaja con la comunicación, redes sociales. Estamos abocados al sector de Shop y sabemos que además, las bonificaciones, descuentos y lo que la gente necesita, lo encuentra en nuestra página», explicó el joven empresario.
Los hechos, no las palabras, pintan de cuerpo entero los valores y las prioridades de una familia. La familia Fortunato Fortino y Cía. nos abrió las puertas de su casa y nosotros, como CAPEGA, nos sentimos orgullosos de tenerlos entre nuestros amigos y referentes: una reputación intachable, el legado de una familia con valores e hijos y nietos apasionados en lo que sus abuelos supieron construir.
FAMILIA FORTINO HOY, LEVANTAMOS LA COPA POR USTEDES!!!