El aumento a partir del 1 de enero del 2014 de la masa salarial en las ART y el pago de las cargas sociales mediante transferencias bancarias incorporando de este modo el impuesto a los débitos y créditos, debilitará más aun el margen de utilidad de las estaciones de servicio. Advierten sobre el agotamiento de la capacidad contributiva de los expendedores.
Estatales, provinciales y municipales; impuestos tras impuestos van vulnerando la rentabilidad de las estaciones de servicio y con ello la capacidad contributiva de los expendedores. La venta de combustible se ha transformado en una caja recolectora de tributos que se lleva la mayor parte del precio sin recompensar a quien los recauda.
Las jurisdicciones actúan en forma inconexa, cada cual por su lado, sin tener en cuenta la situación económica y financiera del contribuyente. No solo se inventan nuevas cargas, sino que en ocasiones se cambia la base imponible aumentando el costo impositivo varias veces, o se desfiguran imposiciones para percibir más, como sucede con los carteles de la marca.
Para el titular de AES Formosa y a la vez profesional especializado, Ctdor Ángel Bigatti, es esencial que el Estado tenga en cuenta la capacidad contributiva antes de imponer cargas fiscales. “Pero no lo hacen –lamenta- y es casi una utopía esperar que suceda”, señala.
“El margen de utilidad bruta de las estaciones es mínimo, insuficiente y el punto de equilibrio es tan alto que no permite inversiones”, advierte a la par que remarca: “las cargas tributarias aumentaron exponencialmente” y que se agregaron nuevos costos.
En este contexto, Bigatti enumera: auditoras de seguridad, retiro de materiales peligrosos y seguros de todo tipo. Y adelanta que “siguen las malas noticias: la ART, a partir del 1 de enero del 2014, aumentan al 28,3 por ciento de la masa salarial el costo de la prima en razón de los aumentos de las indemnizaciones”.
“A las estaciones de servicio se le imponen tareas adicionales ignorando que ya se abolió la esclavitud”, grafica el dirigente. “En una suerte de anatocismo fiscal, ponen impuestos sobre impuestos y el caso más evidente es precisamente el del cheque, que grava la parte de impuestos incluida en el precio del combustible”, sostiene.
Bigatti alerta que “el colmo está por suceder ahora; se están recibiendo indicaciones para que se abonen las cargas sociales y los impuestos ya no con boleta de depósito, sino por transferencia bancaria”, lo cual incorpora el costo de las contribuciones laborales a los débitos y créditos bancarios. “Mínimamente se debería elevar al 15 por ciento la bonificación”, reclama finalmente.