Se trata de una boca de expendio Shell ubicada en la ciudad de Córdoba. Cuenta con un centro de reciclado de residuos, una huerta orgánica y un techo verde sobre la oficina. “Nos proponemos generar una conciencia ecológica, activa y solidaria”, expresaron los titulares del emprendimiento.
El proyecto surgió en la Estación de Servicio Shell de la ciudad de Córdoba, ubicada en la avenida Pinto esquina Zipoli, una zona muy urbana y transitada. La intención inicial -expresaron los titulares de Cappri Hnos SH- fue “comenzar a concientizar al personal sobre la importancia del reciclado de los residuos y a contribuir al cuidado del medio ambiente desde nuestro lugar de trabajo”.
Fue así que conjuntamente a uno de sus principales proveedores, dedicado a la venta de materiales de seguridad obtenidos de residuos reciclados, armaron su propio “Centro de reciclado de residuos” cuyo cuidado y tratamiento está a cargo de los empleados, quienes se abocan durante su turno a separar los distintos tipos de desechos y verterlos en los contenedores correspondientes.
Según relatan los empresarios, “con el correr de los días comenzamos a notar el importante efecto que esto causó en la gente, que comenzó a traer sus residuos en forma periódica”. Este efecto fue extensivo a punto tal que se hicieron presentes potenciales clientes de combustibles que hasta el momento no consumían en la estación de servicio, ante la necesidad de tener un lugar en donde disponer de los mismos.
Incluso, agregan que “debido a la gran cantidad de almacenamiento gracias al aporte de quienes se identificaron con la causa, hemos logrado luego de dos meses de operatividad, que sea autosustentable, esto es, que el costo de dicho retiro se financie con el mismo material que se descarta”.
De este modo quedó conformada entonces la “Isla Verde” integrada por tres contenedores para reciclar plástico, papel y cartón, siendo retirados cada 15 días, pesándose, y en función al kilaje, se descuenta del costo del servicio de retiro, siendo cubierta dicha compensación al 100 por ciento, proveyendo a la comunidad un espacio físico para depositar residuos sólidos.
No obstante, y ante los efectos positivos que se generaron por la implementación del centro de reciclado, los empresarios decidieron asumir un rol más activo y participativo con respecto al cuidado del ambiente en un contexto de cambios climáticos, y comenzaron a desarrollar dos nuevos pasos: el diseño de una huerta orgánica, y un techo verde sobre la oficina.
“Construimos un jardín sobre la administración reutilizando materiales a nuestro alcance como cajones, envases de aceite, etc, de forma tal que cualquier estación de servicio pueda llevarlo a cabo, involucrando a todo el personal para su confección y mantenimiento. Es fundamental para su confección prever el sistema de drenaje del agua, teniendo en cuenta la pendiente de la superficie y la disposición de canaletas o caños”, explican los expendedores.
Detallaron que en primera instancia extendieron sobre el techo de dicha oficina 60 mts de silo bolsa reciclado, donado por un cliente agropecuario, para cubrir una superficie de 6 mts. x 9 mts., luego de realizar dos capas de pintura con aislante sintético. Luego cocaron palets de madera dotados por una empresa de transporte de cargas generales, previamente impermeabilizados , distribuyendo luego en la superficie restante sustrato, cubriendo aproximadamente 40 mts², insertando luego 4100 plantas de sedum, de 5 variedades distintas, ya que son más resistentes, no toman mucha altura, y sus raíces toman una estructura bien compacta, requiriendo solo ser regadas una vez por día.
En los costados del mismo se colocaron 10 grandes macetas confeccionadas con baldes de lubricantes de 20 litros vacíos con plantas enredaderas, y al pie de las barandas se dispusieron 40 cubículos confeccionadas con envases de aceites de 4 lts, utilizando 50 mantillos de garabatos y 45 flores de estación.
Los empresarios remarcaron las ventajas de la cubierta ecológica: “Contribuye a la revegetación de la ciudad, atrae la fauna local, limpia el aire, mejora la percepción y calidad de vida, filtra las partículas de polvo y suciedad del aire, absorbe las partículas nocivas y reduce las variaciones de temperatura del ciclo día-noche”.
En cuanto a la “huerta orgánica”, puntualizan que se realizó con cajones de rulemanes reciclados e impermeabilizados. “Sembramos hortalizas y aromáticas, utilizando tierra que es fertilizada por nuestro propio abono, producido en una compostera construida con un tambor de 209 lts. reutilizado”.
Y de modo de retribuir a los empleados que se ocupan de la tarea, los estacioneros diagramaron un sistema de gratificaciones asignando segmentos de la huerta y del techo a los distintos turnos de la playa y del shop, premiando a aquellos que mantienen en mejores condiciones su segmento.
Asimismo, los productos alimenticios que se obtienen de esta huerta son donados a un comedor infantil y los aromáticos son utilizados internamente por el personal y la clientela del establecimiento.
“Creemos que con estas políticas verdes contribuimos a la revegetación de la ciudad, pero el objetivo principal es generar una conciencia ecológica, activa y solidaria, introduciendo conceptos como el cuidado de la tierra y producción local de alimentos, dejando en evidencia los resultados positivos, no solo por todo lo descripto anteriormente, sino al poder afirmar que hemos logrado a la fecha disminuir en un 80 por ciento la generación de residuos”, subrayaron finalmente los responsables de la firma.
Fuente: surtidores.com.ar