Especialistas estiman que mientras la cotización del petróleo siga en los actuales términos, esto es en torno a los 30 dólares, el Gobierno conservará la estrategia de que los consumidores mantengan el subsidio a la industria a través del precio de los combustibles.
El sostén de la industria petrolera local es sin dudas los precios de los combustibles en el surtidor. Con el petróleo en el mundo a 30 dólares suena mucho más conveniente importar naftas y gasoil que producirlos localmente a un medanito de 67. Claro que ello arrastraría a los trabajadores de las empresas de toda la cadena de los hidrocarburos al caos provocando el despido de miles.
Tras esta consigna de evitar la sangría, es que las provincias productoras y el Gobierno intentan adoptar medidas transitorias que permitan un grado razonable de sostenimiento de la actividad. Al respecto, el especialista energético y ex directivo de una de las principales compañías del sector, Miguel Ryndycz opina que una estrategia inteligente es “no cambar de caballo en medio del río” e ir ganando tiempo mientras se dan pasos en la dirección correcta.
En este sentido apunta a lograr “un precio diferencial” de crudo doméstico como el que redefinió días atrás. “Puede no gustar la medida, pero permite a las productoras de petróleo obtener un renta extraordinaria respecto al barril internacional y seguir produciendo localmente”.
Ampliando el concepto, señala que “también les permite a las provincias productoras (de crudo para consumo local, sin saldo exportable) mantener las regalías”.
Ryndycz reconoce que este extra costo en realidad, no es absorbido por el refinador puesto que lo viene trasladando al surtidor, por tal motivo, “somos nosotros los consumidores los que sostenemos esta distorsión deliberada y representa un ancla para movilizar buena parte de la economía nacional, entre ellos el transporte de carga, de pasajeros, turismo, etc.”.
Sin embargo precisa, que aquellas provincias y empresas que tienen mayoría de saldo exportable, no gozan de este beneficio puesto que se exponen al precio internacional. “Deberían tener un régimen particular, tal vez tomando parte del subsidio que aplica al crudo de consumo doméstico, porque de otro modo la crisis se les va a venir encima. El ajuste de la tarifa de gas en boca de pozo (que muestra retrasos importantes y que parece inminente), ayudará también”, remarca.
El analista puntualiza que “mientras se gana tiempo, hay que dar pasos en la dirección correcta”. Y explica: “esto es recomponer el precio del gas, disminuir la magnitud de estos subsidios al petróleo, y operar con costos más competitivos en toda la cadena. Esta es una asignatura pendiente de los operadores y sindicatos”.
Ryndycz vaticinó que en este contexto de precios deprimidos “no es de esperar que las multinacionales realicen tareas de exploración y desarrollos nuevos, por lo que los volúmenes de petróleo estarán apoyados en los yacimientos existentes. Se vuelve muy importante operarlos con mayor eficiencia y productividad”, expresó finalmente.
Fuente: SURTIDORES