Él decidió acogerse al beneficio de la jubilación ordinaria tras 15 años y algo de desempeñarse como gerente de CAPEGA.
Aún recuerda cómo ingresó a esta Cámara, cuando el ingeniero Gustavo Sanz (de esos nombres emblemáticos si los hay), era presidente de la Comisión Directiva.
Los periodistas siempre tuvieron cierto temor al momento de entrevistar al ingeniero Sanz. Cómo fue tu experiencia?, le consultamos entre risas.
Sin dudarlo, quien se desempeñó como gerente de esta «casa», resaltó: «Gustavo es una persona muy accesible, coloquial, un tipo muy buena onda. Desde un principio sentí que los dos teníamos una charla de café, no una entrevista de trabajo»,
Osvaldo Costilla es Martillero Público y, además, se dedica a la actividad inmobiliaria. Pero la prioridad de «Osvaldito» (como lo llamaban algunos), siempre fue lo que ocurría en el edificio de Suipacha al 700.
Será por esto que el hombre que se resiste a decir su edad promete que no dirá «adiós» de un día para el otro. «Todos, desde los jefes hasta mi colaboradora Adriana, saben que estoy para lo que necesiten», afirma.
Y en Adriana nos detendremos algunas líneas. Al ingresar al impecable edificio que alberga la historia de cientos de familias que pusieron en marcha estaciones de servicio en Tucumán, es el primer rostro que observamos.
Sentada en su lugar y casi esperando alguna indicación, Adri se debate entre los papeles que debe presentar y las llamadas telefónicas por atender. «Ella fue un pilar importante en mi trabajo. La vi trabajar y se que conoce todo lo necesario para ejecutar las labores que yo realizaba», enfatiza el ex gerente… casi…. ubicando a su sucesora.
Osvaldo Costilla, durante 15 años se hizo cargo de las tareas administrativas de la Cámara de Comerciantes de Derivados del Petróleo, Gas y Afines (CAPEGA).
Además, escuchó, opinó y ejecutó cada una de las directivas que bajaban desde la Comisión Directiva de la Cámara.
«Al comienzo me tocó empaparme de cada tema, pero luego me sentí como en casa y cada solicitud resultaba un desafío. Si no estaba seguro de algo, lo conversaba. En fin, siempre formé parte de esta linda familia», indicó.
La semana pasada, los socios decidieron despedir a Osvaldo. Brindaron, acercaron obsequios que fueron un mimo al alma y le entregaron una placa en reconocimiento a la tarea desarrollada durante más de 15 años.
Con la voz entrecortada, el hombre que también colaboró para que quien escribe estas líneas ingresara a esta «casa», agradeció semejante detalle y resumió su experiencia en pocas palabras: «cuando uno se lleva amigos, buenos recuerdos y mucho esfuerzo, todo lo que hizo valió la pena».
Osvaldo: no podías pasar por CAPEGA sin quedar en la memoria de cada uno de nosotros y plasmado en estas hojas virtuales, pero que jamás desaparecerán del denominado «universo paralelo» (las redes sociales). Por eso, desde esta cámara no te decimos «adiós», sino hasta «muy prontito». Hasta ese preciso momento en que decidas tan solo cruzar una medianera…..