Economistas entienden que la energía no debería ser considerada como una mercancía, sino como un derecho social. Sostienen que se trata de un recurso estratégico para la soberanía nacional que debería estar controlado en su totalidad por el Estado.
La discusión sobre si la propiedad del petróleo y del gas debería pertenecer íntegramente al Estado o a compañías privadas, nacionales o internacionales, es tan vieja como la actividad. De todas maneras, ya en las primeras décadas del siglo XX, compañías norteamericanas lograron instalarse en nuestro país, a pesar de la resistencia de algunos sectores nacionalistas, primero operando sólo en la producción de combustibles procesados, luego ingresando al negocio de la explotación de hidrocarburos.
Julio Gambina, economista reconocido y miembro de la Fundación de Investigaciones sociales y Políticas (FISYP) mostró ante la consulta de surtidores.com.ar su visión respecto de este tema que aún permanece en debate: “la energía es un derecho y debe por ende des-mercantilizarse”. Considera que el Estado debería hacerse cargo totalmente de la actividad petrolera con el fin último de “modificar la política energética instalando otro modelo productivo y de desarrollo”.
“Si se cambia el esquema de producción y de energía puede no necesitarse la costosa producción de hidrocarburos no convencionales con tecnología depredadora de los recursos naturales y las condiciones de vida de la población. Sin perjuicio de ello, en lugar de Chevron, la Argentina puede articular una política regional con Venezuela, Bolivia, Ecuador y Brasil, entre otros países con potencia energética, y asociar esa producción a tecnología desarrollada en las propias universidades públicas e institutos de investigación de la región”, propone.
Gambina asegura que “se debe terminar con el carácter de Sociedad Anónima que YPF mantiene”. No está de acuerdo en que compañías privadas participen de las tareas de explotación de hidrocarburos en suelo argentino. Asegura que “el déficit energético se asocia a una producción extranjerizada y en manos de transnacionales”.
Como anhelo de máxima, el especialista opina que “hace falta socializar a la energía en su conjunto, con participación del Estado, de los trabajadores del sector energético y de los usuarios. Es algo más que la estatización, es un cambio de lógica radical a la que se está implementando actualmente en el mercado”, define.