Entre cargas sociales y el pago doble por trabajar día de franco, en promedio, los expendedores tuvieron que despachar casi 30.000 litros adicionales para cubrir el costo laboral. La mayoría no alcanzó esta cifra y perdió dinero, salvo los locales ubicados en los centros turísticos. La situación se agrava por los bajos márgenes de ganancia y la quietud de los precios
La comercialización de combustibles es una de las pocas actividades en la que se trabaja durante las 24 horas del día, los 365 días del año. Más allá de que para muchos locales no es conveniente permanecer abiertos durante el turno noche, por lo general lo hacen, aunque por obligación de las petroleras – e indirectamente de las autoridades – y muchas veces a pérdida.
Según explicó Alejandro Martorell, Vicepresidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA) una estación de servicio tipo, que cuenta con 15 empleados, sumando todos los servicios, tuvo pagar durante semana santa aproximadamente 14.890 pesos de más en concepto de costo laboral.
Es que durante tres días – viernes, lunes y martes – cada empleado percibió un 100 por ciento adicional por el pago doble de los días feriados. La cuenta se calcula determinando el jornal por día que establece el salario básico, hoy fijado en 4550 pesos, sumando las cargas sociales y patronales.
En litros, detalló el dirigente, “los operadores tuvimos que despachar 28.571 litros para compensar este incremento”, casi lo que representa un camión cisterna, que en promedio almacenan 30.000 litros.
Además, aclara que “no se vendió más combustible, salvo en localidades donde se concentró el turismo”. El resto de los establecimientos, compara, incluso vieron disminuidas las ventas por el éxodo de la gente. “Es un esfuerzo muy significativo”, expresó.
Mientras tanto, se mostró preocupado por el retraso que nota en los precios de las naftas y el gasoil. Si las pizarras no se actualizan en poco tiempo advierte que “va a continuar la mortandad de las estaciones de servicio”. Por lo tanto, pide a las petroleras y al Gobierno que actúen frente a “esta realidad”.
Martorell puso el ojo además en los márgenes de ganancia, ya que a su entender “no son acordes a las necesidades del negocio”. Evalúa que es necesario ajustar la rentabilidad del rubro conforme a los costos que están afrontando como consecuencia de la inflación. “Los gastos suben pero los precios se congelan”, apuntó.