Todo parece indicar que la filial local de la petrolera brasileña está dispuesta a concluir el camino transitado durante estos doce años en el mercado del Downstream argentino. ¿Cómo fue el proceso que acabó con el desprendimiento de sus negocios luego de tener casi 700 estaciones de servicio para la comercialización de combustibles?
Petrobras está presente en nuestro país desde 1993 desarrollando tareas de exploración y producción de gas y petróleo. Sin embargo, su desempeño comercial en el país tuvo un notable crecimiento durante los ´90, pero especialmente en el año 2001 cuando inició un fuerte proceso de expansión de sus negocios mediante la adquisición de Eg3, a través de un intercambio de activos con Repsol YPF. Esta operación le permitió obtener una red de casi 700 estaciones de servicio para la comercialización de combustibles, más la operación de una planta de almacenamiento, distribución, lubricantes, asfaltos y refinería en la ciudad de Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires.
La compra durante 2003 de la empresa Pecom Energía posicionó a Petrobras como la segunda productora de petróleo de Argentina y al mismo tiempo confirmó su lugar de líder en la exploración y producción petrolera en América Latina, ganando una mayor proyección como compañía integrada a nivel mundial.
Los planes de la petrolera tropezaron, sin embargo, con la modificación del rumbo económico del país y junto con él el del mercado petrolero. La devaluación del peso y el congelamiento de los precios de los combustibles trastocaron la estrategia empresaria, que lejos de ensancharse como pregonaba, comenzó a transitar la senda del achicamiento que concluyó con el desprendimiento de sus activos.
A consecuencia de este proceder, Petrobras sufrió la acusación del ministro de Planificación, Julio De Vido, que la acusó de retacear «la refinación de petróleo para desabastecer al mercado y obligar a YPF a subir sus precios». La culpó de perder participación en el mercado deliberadamente, una actitud que calificó de “irresponsable”.
Otro suceso que provocó chispazos entre el Gobierno y la compañía sucedió cuando el entonces presidente José Sergio Gabrielli, cuestionó sobre la política de precios de la Argentina. “Creemos que el sistema de precios no es un sistema que hoy estimule muchas inversiones”, dijo el ejecutivo al hablar en un foro sobre inversión en Latinoamérica realizado en Río de Janeiro”, opinión que de Vido calificó de inapropiadas “para una empresa que solamente es concesionaria en la Argentina y tiene la obligación de invertir sin ninguna condición previa”.
El último precedente ocurrió hace solo un año en plena crisis de desabastecimiento de naftas y gasoil, cuando el gobierno de Cristina Kirchner le pidió a Petrobras que tenga una mayor participación en el mercado de hidrocarburos argentino de modo que pase del 8 por ciento a un 15. «La prioridad de Petrobras es el presal; es exactamente buscar donde tenemos mayor rentabilidad y competitividad», explicó su actual titular María Graça Foster. «No hay indicios de que vayamos a aumentar las inversiones en la Argentina”, anunció a modo de pronóstico, que hoy finalmente está próximo a cumplirse.
