La confirmación de la venta de activos de la filial Argentina de la petrolera estatal brasileña desató una serie de conjeturas acerca de las causas que la llevaron a tomar tal decisión: necesidad de concentrar recursos en los yacimientos de Brasil, disconformidad con las medidas oficiales y desinterés por el mercado local.
Petrobras busca culminar el proceso de desinversión que comenzó hace apenas dos años, cuando se desprendió de la refinería de San Lorenzo y de las 363 estaciones de servicio que pertenecían a la red, al confirmar la puesta en venta de las posesiones que todavía dispone en la Argentina: la planta en Bahía Blanca, su participación en Refinor y el resto de las bocas de expendio.
En nuestro país la compañía cuenta con apenas un 6 por ciento del mercado de los combustibles. En ese contexto hay analistas que se animan a decir que esta participación “no interesa a una empresa de la envergadura de Petrobras”.
En el sector circulan varias versiones acerca de los motivos. La más fuerte supone que la brasileña busca concentrar los esfuerzos económicos en los pozos petroleros que encontró sobre la Bahía de Río de Janeiro. Este año la empresa arrojó un déficit de 8.000 millones de dólares en lo que hace a la refinación y ahora planifica desprenderse de sus posesiones en regiones no rentables para volcar lo recaudado a su país de origen.
Según explicaron desde una importante petrolera que opera en la plaza local otra de las razones que la llevaron a retirarse del país tendría que ver la necesidad de realizar obras en la refinería de Bahía Blanca para adaptar la calidad de los combustibles tal cual establece la Secretaría Energía para 2016. A partir de esa fecha, las naftas y el gasoil deberán contar con una insignificante participación de benceno y azufre que demandarán millonarias inversiones
Mientras tanto, hay expertos que se animan a decir que la petrolera continuará en el mercado aunque operando como distribuidora. De acuerdo a esta idea, compraría combustibles a una refinadora para comercializar por medio de las estaciones de servicio que se quedaría para mantener la imagen en el país como parte de una estrategia global.
En cuanto a los posibles compradores suenan muchos nombres. El más llamativo es el de YPF, que si bien necesita incrementar la producción de combustibles en un 37 por ciento en tan solo cinco años, descartó semanas atrás la incorporación de una nueva refinería. Otros interesados que suenan en carpeta son: Pluspetrol, Tecpetrol (pertenece al grupo Techint) y el Grupo Bridas.