Expertos en energía estiman que en el largo plazo va a cambiar la tendencia alcista del mercado local por el gran crecimiento de oferta de petróleo y gas que se proyecta en todo el mundo a partir de la explotación de recursos no convencionales. Ver los resultados en las estaciones de servicio demoraría al menos una década en nuestro país
Así como Estados Unidos, la economía que demanda un 25 por ciento de la energía mundial redujo notablemente la importación de crudo y gas a partir de la utilización de shale gas y shale oíl, otros países que tienen importantes reservas petroleras con estas características, como Argentina, China y Rusia, también podrían alcanzar metas similares en los próximos tiempos, una vez que las inversiones en curso arrojen resultados favorables.
Con estas expectativas, en dos o tres años se espera que el barril de crudo en los mercados internacionales cotice cerca de 80 dólares, lo que representa hasta un 25 por ciento menos de lo que se paga actualmente. Esto impulsaría a la baja el costo de importación de naftas y gasoil y aliviaría las cuentas fiscales nacionales, hoy con rojos de hasta 10.000 millones de dólares por año.
De avanzar en esta dirección, Eduardo Barreiro, especialista y consultor en temas de energía y director de la Society of Petroleum Engineers considera que en el largo plazo – mínimo diez años – el costo de los combustibles podría sufrir una rebaja al público, difícil de vaticinar por estos días. No obstante aclara que por el momento “van a seguir subiendo”.
En definitiva, los precios van a depender del éxito que tenga el Plan Estratégico 2012-2017 presentado por el presidente de YPF, Miguel Galuccio, que estima alcanzar un 32 por ciento de crecimiento en volumen de petróleo y un 37 en gas, destinando 37.200 millones de dólares.
Como dato positivo, cabe destacar que esta semana llegaría a la Argentina John Watson, el presidente de la compañía petrolera estadounidense Chevron, para firmar un acuerdo y poner en marcha mil pozos de shale oil en la zona de Loma La Lata Norte y Loma Campana en la provincia de Neuquén.
Es una señal para el sector y una muestra de confianza para otros inversores del extranjero interesados en ingresar al negocio. Barreiro apoya la forma en que se está encarando el proyecto de YPF pero admite que el plan no podrá realizarse sin el capital de socios de gran envergadura. Asegura que por esta vía los combustibles “tendrían que subir 40 o 50 por ciento más a pesos constantes”.
Como ejemplo se puede tomar el caso de Estados Unidos, país pionero en la explotación de técnica por fractura, en donde el shale gas hoy representa el 25 por ciento de la producción gasífera total y en 2035 llegaría al 50 por ciento, de acuerdo a estudios privados.