El escalamiento de las naftas y el gasoil, especialmente a partir de la Resolución que fijó el tope al los precios, permite disponer de menos volumen para afrontar el pago de los salarios. El aumento de los costos, sin embargo, impide a los estacioneros aprovechar el momento.
En lo que va del año el precio de la nafta subió aproximadamente un 30 por ciento. Los ajustes se precipitaron a partir de la Resolución 35, que puso techo por siete meses y medio a los valores de los combustibles conforme las referencias del 9 de abril.
Coincidente con la sanción de la normativa, los trabajadores acordaron con las distintas cámaras empresarias del sector aumentos que rondaron el 25 por ciento. En la mayoría de las provincias del interior, los trabajadores pasaron a cobrar un básico inicial de bolsillo de 6000 pesos, cifra que a valores locales –y actuales- representa un volumen de 720 litros de nafta súper.
Para zanjar el pago de los salarios, el año pasado se necesitaban 850 litros del mismo producto y el anterior 790. La mejora, sin embargo, dista mucho de reflejarse en la rentabilidad de los expendedores, ya a la par del congelamiento, se dispararon también los costos de los productos.
Si a la hora de establecer la relación costo de un empleado- cantidad de litros se cuentan las cargas sociales la cifra asciende a 1000 litros. Y si encima se toma como referencia sólo el margen de ganancia de las estaciones, que en el caso de las YPF es del 8 por ciento, la cifra crece a 12.500 litros por empleado.
Con el correr de los años la relación entre el precio de los productos que ofrecen las bocas de expendio y el costo del personal fue variando. En 2003 el litro de nafta súper de YPF, la marca más importante de la plaza local, costaba $1,86 y el de diesel $1,34 mientras que el salario mínimo de un playero era de $406. La relación entre ambas variables se fue modificando a favor de los trabajadores como consecuencia de los sucesivos congelamientos que se aplicaron sobre los combustibles en tanto que los convenios colectivos evolucionaron de manera constante.
Es por esta razón que surgió la propuesta de algunos sindicalistas de tomar como referencia el desarrollo de las pizarras para ajustar los sueldos, La iniciativa surgió oportunamente de la mano del Sindicato Petrolero de Córdoba, aunque hasta el momento no hubo conversaciones formales con los dueños de los negocios.