Es por la escasez de combustibles. Los expendedores advierten que no están en condiciones de estimular las ventas debido a que no tienen volumen a disposición como el año pasado, motivo por el cual también dejaron de ofrecer el pago con tarjetas de débito y crédito
Para captar clientes, el año pasado, numerosas bocas se lanzaron a ofrecen promociones y descuentos. Una de las más relevantes fue la ofrecida por las bocas de Shell en la provincia de Santa Fe, que consistía en el sorteo de tres vehículos “Ford K” 0km tan sólo por completar los cupones que se entregaban tras la compra de combustibles.
En ese momento los surtidores tenían productos disponibles de casi todas las variedades y se logró incrementar las ventas un 10 por ciento. “Los premios siempre estimulan. La gente se acerca a cargar porque es algo novedoso y ofrece grandes beneficios”, fundamentó el propietario de una de las estaciones de servicio adheridas.
Sin embargo, este año duda que se pueda volver a implementar porque nota irregularidades en el suministro. La petrolera que los abastece sufrió faltantes en sus puntos de venta de Rosario y otras localidades aledañas debido a la demora de un barco proveniente de Dock Sud. Al mismo tiempo, a empresarios del norte, la empresa les comunicó que había escasez de petróleo crudo para procesar.
En este marco, los dueños de estaciones de servicio de todas las marcas evalúan que no tiene sentido impulsar la venta de naftas mediante campañas publicitarias o promociones porque “todo lo que llega se vende a las horas”. En Río Negro y Neuquén, durante los primeros días del año algunos locales pasaron varios días sin poder trabajar por faltantes de stock, informaron desde la Cámara de Expendedores.
Esta situación de mercado, explican especialistas en energía, resurgió por la incapacidad de las petroleras de responder ante un exceso de consumo como están presentando los principales centros turísticos del país, tanto en la costa atlántica, como en las provincias del norte y del sur.
Frente a este panorama los expendedores dejan de ofrecer a los clientes el pago con tarjetas de crédito y débito para exigir solo efectivo, salvo en localidades que por cuestiones de seguridad durante el turno nocturno no permiten esta modalidad.
Los gastos bancarios y las comisiones que cobran las entidades financieras rondan el 1,5 por ciento, lo que representa hasta un 20 por ciento del margen de utilidad de la boca de expendio. Además, a esto se agrega el desfasaje temporal que se produce por el hecho de que las tarjetas acreditan el dinero recién 28 días después de la operación comercial.