Una de las empresas interesadas en adquirir la refinería y la red de más de 300 bocas de expendio que la firma brasileña dispone en nuestro país es YPF, operación que, en caso de concretarse, obligaría a los operadores a dejar de implementar el sistema comercial de compra-venta para pasar al de consignación, lo que implicaría una fuerte caída en la rentabilidad.
La decisión de Petrobrás de desprenderse de los activos que dispone en Argentina sorprendió a más de un empresario del sector petrolero. Pero esta no fue la única noticia que los dejó boquiabiertos, días atrás empezó a circular la versión de que YPF podría estar interesada en adquirir sus instalaciones en oferta.
Si bien Miguel Galuccio, Presidente y CEO de la compañía estatal, destacó la semana pasada en un encuentro con periodistas que el balance de año arrojó un saldo a favor de 1.000 millones de dólares, la falta de financiamiento externo, sumado a la necesidad de recursos que presenta el yacimiento de hidrocarburos no convencionales Vaca Muerta, en Neuquén, que es donde el Gobierno tiene puesta todas las fichas para recuperar el autoabastecimiento, genera ciertas dudas acerca de la capacidad de la empresa para desembolsar semejante suma de dinero. Hay empresarios que no descartan que use fondos de la Anses u otras cajas publicas para facilitar la adquisición.
Mientras tanto, los titulares de estaciones de servicio se encuentran a la expectativa de lo que pueda ocurrir, pero admiten que prefieren que cualquiera de las empresas que participan del negocio, menos YPF, se transforme en su nuevo proveedor.
Los motivos están a la vista: en caso de concretarse el traspaso a la estatal, los 300 expendedores de Petrobrás dejarían de administrar el margen de ganancia, el precio de venta y otras cuestiones relacionadas a la comercialización. El temor es que al pasar del sistema comercial de compra-venta al de consignación se agudicen los problemas de rentabilidad. Por contrato, YPF impone una bonificación del 8 por ciento y establece el valor de los combustibles en todas sus estaciones de servicio.
Frente a esto, desde la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA) adelantaron a este medio que analizarán el panorama de los expendedores de esta bandera mañana en reunión de comisión directiva.
Lo que llama la atención en el sector es que YPF tenga intenciones de hacerse cargo de un parque de estaciones de servicio cada vez más grande, cuando actualmente posee el 34 por ciento de las bocas que hay en el país y por momentos no dispone de volumen para garantizar el abastecimiento.
Salvo que también tome bajo su control la refinería que puso en venta Petrobrás en Bahía Blanca, especialistas en energía advierten que la petrolera no estaría en condiciones de entregar la cantidad de litros de naftas y gasoil que demandan los operadores de la red. Una de las opciones es que le saque a las bocas que tiene en existencia para distribuir a las nuevas, lo que generaría conflictos internos.
Fuentes del mercado aclaran que también hay que tener en cuenta que YPF maneja actualmente el 57 por ciento del mercado de los combustibles y en caso de sumar el 6 por ciento de Petrobrás alcanzaría el 63, lo que la obligaría a dar explicaciones a la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia.