Denuncian que al haber disponibilidad de productos en las bocas de las marcas el año pasado disminuyeron las ventas hasta en un 30 por ciento en comparación con 2011. Los dirigentes temen que los sueldos aumenten en una proporción desmesurada y que muchos comercios se vean obligados al cierre
Los precios que YPF ofrece en el surtidor son incluso más bajos que los de costo de una boca de expendio blanca. La diferencia promedio es del 25 por ciento en el caso del gasoil y cerca del 10 para en lo que respecta a la nafta súper, situación que posiciona a los operadores independientes en una relación de competencia desfavorable.
Si bien en momentos de escasez se vende todo el stock que llega, ya que los consumidores no tienen opción para elegir donde cargar, cuando desaparecen los inconvenientes de suministro las Pymes sufren la competencia a flor de piel por la baja en las ventas. “El año pasado hubo comercios que facturaron un 30 por ciento menos que en 2011”, señala Manuel García, titular de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes (AESI).
No sólo que de por sí estas estaciones despachan poco volumen, sino que encima deben hacerlo a un precio próximo al del resto de las marcas, lo que reduce el margen de ganancia. “Hay que terminar con los distribuidores mayoristas. Son un intermediario parasitario que distorsiona el mercado y lleva al cierre de miles de estaciones de servicio”, apuntó el empresario. De acuerdo a datos de la Secretaría de Energía el 20 por ciento de las estaciones de servicio que hay en todo el país no tienen bandera.
García explica que una boca de expendio que hoy despacha 300.000 litros de combustible por mes necesita por lo menos 2 personas por turno, más un encargado y gente que cubra los días de descanso. En total deben contratar como mínimo 10 personas, tomando como ejemplo un establecimiento pequeño y en el que trabaja la familia. “¿Cómo vamos a hacer para pagar 6.500 pesos de sueldo básico como pretende el sindicato?”, se pregunta.
En apoyo a la propuesta de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA) dijo que “es necesario que las compañías formen parte de la negociación salarial en el marco del Ministerio de Trabajo, ya que el sector expendedor no puede administrar su margen de ganancia y permanece cautivo del negocio de las petroleras”.