Los expertos en energía evalúan como positiva la rebaja del 10 por ciento del barril de crudo que instrumentó el Gobierno porque permite ir convergiendo hacia la nivelación con las referencias internacionales, todavía divorciadas en más del 80 por ciento.
Gerardo Rabinovich, directivo del Instituto Argentino de Energía “General Mosconi”, analiza el impacto en la industria petrolera que tendrá la reducción del costo del crudo Medanito de 75 dólares a 67.50 y el aumento en surtidor del 6 por ciento que aplicó el Ministerio de Energía y Minería que conduce Juan José Aranguren.
¿Fue una buena medida?
Me parece el comienzo de una buena negociación. Primero, porque baja el precio del crudo como había comprometido el Gobierno anterior, lo cual es un adelanto. En segundo lugar, cabe aclarar que el precio de los combustibles tiene tres factores principales: tipo de cambio, inflación y valor internacional. Y en este sentido se ha bajado el barril a los productores, que es bueno por el contexto actual, sin haber aplicado una medida extrema o de ruptura. Además se reconoce un ajuste de precios por inflación y de la devaluación, aumentando los combustibles un 6 por ciento.
¿Habría que seguir por este camino?
El eje es seguir conservando un ritmo de conversación y siempre mantener la línea de alcanzar las referencias internacionales. ¿Cuándo se va a alcanzar? No depende de nosotros, hoy están en una situación crítica en Arabia Saudita y otros mercados. Ya se nos escapa de las manos. Pero hay que seguir planificando en base al tipo de cambio. Si fuera estable se podría hacer un cronograma con metas, pero todavía no estamos en una situación de estabilidad.
Y la baja del crudo ¿cómo va a impactar en las inversiones?
Las inversiones en la industria petrolera no son coyunturales, miran horizontes largos y hoy no hay un escenario favorable. YPF tendrá que seguir siendo la empresa testigo, piloto, que lleve adelante además otro objetivo: tratar de tener la mayor producción posible en función de los valores internacionales. Los márgenes de las refinerías está demostrado que están en sus máximos históricos. Acá el problema es lo que recibe el productor y sobre todo YPF.
En base a estas primeras modificaciones ¿cómo imagina el futuro de la actividad?
Soy muy optimista. Diagnosticamos el problema, que es lo que veníamos planteando desde hace tiempo, y se están encarando medidas que pueden solucionarlo. Admitir el problema es un paso adelante para ir en busca de la solución. Si es más rápido o más lento, se irá viendo con el tiempo. Pero el primer paso ya lo dieron. Se ha creado un Ministerio de Energía, una Secretaría de Planeamiento, hay una ventanilla para las energías renovables y la eficiencia energética. Se han creado estructuras que antes no existían. Todo eso me hace ser optimista. El tiempo dirá.
Fuente: SURTIDORES