¿Qué exigencias plantean los consumidores? Las bocas de expendio ponen el acento en la calidad de los artículos que se ofrecen. Un buen café, es sumar posibilidades para vender combustible. Un negocio que las petroleras siguen con mayor atención.
Alejandro Martorell, Vicepresidente primero de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA) asegura que “el shop trae el 80 por ciento de los problemas y menos del 20 por ciento de la facturación”. Sin embargo, plantea que es una necesidad para mantener clientes activos.
En contacto consurtidores.com.ar, sostiene que “es una de las tres patas fundamentales” de la actividad. “Un buen shop lleva a vender más combustible”, destaca. Es una herramienta de fidelización y un complemento imprescindible.
Por eso, acentúa la importancia de contar con instalaciones en óptimas condiciones: “La gente ve en el shop un lugar cómodo para tener charlas de negocios; es importante el estacionamiento, que el café y la panificación sean de la mejor calidad”, precisa.
En su caso, Martorell deja que los consumidores elijan el canal de televisión, siempre que no sean partidos de fútbol, ya que en su opinión “pueden generar problemas”. Además, prefiere garantizar el servicio a los visitantes que frecuentan todos los días, no sólo cuando hay competencias deportivas de este tipo.
“Hay gente que viene todos los días a desayunar, a la tarde a la hora del té entre las 7 y las 9; hay una clientela fiel”, explica. Por más engorros administrativos que significa contar con 1.500 artículos en mostrador, analiza que “es necesario”, como estrategia comercial.
De hecho, Martorell indica que “hay interés por parte de las petroleras por manejarlo; quieren que los estacioneros les compren como proveedores”. Cada vez se preocupan más por modernizar los equipos y capacitar al personal para una mejora del servicio.
La tendencia apunta a la elaboración de comidas propias y a la velocidad en la atención. “Lo ideal es que la gente consuma en poco tiempo y se renueven las mesas”, concluye Martorell.