Los valores diferenciados que anunció el Gobierno para febrero conforman a los empresarios, por lo que decidieron retomar las actividades. El mes pasado no se llegó a cumplir con el corte obligatorio y quedan dudas para lo que pueda ocurrir en marzo. Exigen que se establezca una formula definida que brinde previsibilidad al negocio
A pocos días de que se cumplan tres meses de la última vez que se publicara el precio del Biodiesel, llegó a una nota a las cámaras empresarias del rubro redactada por la Unidad Ejecutiva de Monitoreo – un ente compuesto por el viceministro de Economía, Axel Kicillof; el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno; la ministra de Industria, Débora Giorgi, y el ministro de Planificación, Julio De Vido – en la que se informa la escala de precios de diciembre, enero y febrero.
El número que más interesa es el de las empresas medianas, aquellas que elaboran entre 20 y 100 mil toneladas al año, por su trascendencia en el mercado interno y las complicaciones financieras que acarrean por tener que comprar el insumo principal, que es el aceite de soja, a diferencia de las integradas que engloban todo el proceso.
El esquema que presentó la Unidad de Monitoreo generó algo de desconfianza: para la segunda quincena de diciembre las medianas recibieron 250,94 pesos menos que en los primeros quince días ($4763,06 la tonelada), lo que obligó a las firmas a emitir una nota de crédito para compensar a las petroleras.
Ya en 2013, en cambio, el Gobierno decidió ajustar las cuentas, subiendo la apuesta a 5.276,44 durante enero y 5.425.89 para febrero, números que de alguna manera las conforma, ya que les permite al menos volver a comercializar los productos. Durante 30 días dejaron de entregar insumos a las refinerías, por lo que no se llegó a cumplir con el corte obligatorio del 7 por ciento con gasoil que establece la Secretaría de Energía.
Las plantas que elaboran menos de 20.000 toneladas reciben aproximadamente apenas un 2 por ciento más de dinero, mientras que las grandes cobran un 15 por ciento menos que las intermedias por el hecho de que tienen costos operativos más bajos y se nutren del negocio de la exportación.
“El principal problema que atraviesa el sector es la falta de previsibilidad”, explicó un empresario. Si bien las compañías van a volver a producir a partir de los anuncios de los nuevos precios, “lo cierto es que trabajan sin saber cuál es la remuneración que van a recibir”. El Gobierno demora las publicaciones y tampoco explicita la fórmula que utiliza, situación que se ve agravada por la dificultad de lograr que los funcionarios reciban a los dirigentes en sus despachos.