Desde la Federación de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicio (FOESGRA) aseguran que de las 150 personas anotadas para realizar los cursos de capacitación laboral que organiza el sindicato, el 95 por ciento tiene entre 18 y 30 años. Por el sueldo, “es una buena oportunidad para un primer empleo”, destacan desde la entidad
Las estaciones de servicio necesitan entre 10 y 20 empleados cada una, dependiendo de la cantidad de productos y servicios que se ofrezcan y la dimensión del local. Los dueños de estos comercios prefieren en su mayoría gente joven para estar en los surtidores durante el día, por su agilidad, predisposición y destreza, y personas de mayor edad para el turno noche, que por lo general son más responsables y estables.
El Ingeniero Carlos Franco, encargado de diagramar los talleres de la Mutual 27 de Agosto, perteneciente al Sindicato de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicio y GNC, indicó que “el 90 por ciento de los que se inscriben es gente joven que no supera los 30 años”. Hay también adultos interesados, principalmente muchos que perdieron el empleo, pero asegura que “son muy pocos”.
El docente explica que debido a que “en las bocas de expendio los horarios son rotativos” al cabo de un tiempo el personal termina desanimándose con el trabajo, por eso destaca que “funciona muy bien como un primer empleo”. Además, señala que el sueldo es incluso superior a otras actividades similares como empleados de comercio.
Las clases de preparación que desarrolló la entidad versan sobre distintos aspectos que hacen al negocio: operación Integral, vendedor de playa, empleado de mini mercado, sistemas administrativos y operativos de estaciones de servicio, operador del centro de lubricación y gerente/encargado. Comienzan esta semana y hay 150 anotados. Los certificados presentan la firma del Ministerio de Trabajo, las cámaras empresarias y el sindicato del sector.
En cuanto a la calidad de la capacitación, Franco subraya que “los profesores trabajaron en petroleras y estaciones de servicio y conocen la actividad muy bien”. Por eso, destaca que “se dan cuenta enseguida quién tiene las condiciones para poder desempeñarse en su puesto”. Es que al terminar el período de aprendizaje, la mutual recomienda a los expendedores de combustibles los mejores alumnos. Estima que “el 30 por ciento de las personas que terminan el taller finalmente consigue un empleo estable”.
Para evaluar las aptitudes de cada inscripto se realizan pruebas de compra-venta en el minimercado, casos hipotéticos de problemas de facturación, carga con tarjetas de débito y crédito, quejas de los automovilistas y aglutinamiento en los locales, entre otros simulacros.