La industria de los biocombustibles de la Argentina demandó un tratamiento igualitario en materia tributaria para este combustible, similar al que tiene el gasoil importado. El pedido llegó al Congreso mediante un Proyecto de Declaración.
La industria de biocombustibles de la Argentina planteó una dura advertencia sobre el impacto que puede generar la caída de la actividad de este sector -por efecto de las restricciones que impuso la Unión Europea al ingreso de biodiesel argentino- sobre el empleo, la actividad manufacturera y demandó un tratamiento igualitario en materia tributaria para este combustible, similar al que tiene el gasoil importado. Así lo expresó en un Proyecto de Declaración (Nº de Expediente 6002-D-2013) el diputado nacional Julio Martínez, quien hizo propios los dichos de Carbio, la cual explicó que «con instalaciones capaces de producir hasta 4,18 millones de toneladas anuales, la industria argentina de biocombustible está utilizando hoy menos de un 40 por ciento de esa capacidad instalada».
Las restricciones a las exportaciones de biodiesel a Europa ya están generando un enorme daño a la economía argentina, indicó la cámara mencionada en un comunicado en el cual detalló que las ventas totales mensuales al exterior se redujeron de 150 mil toneladas en el período enero-junio 2012, a 60 mil toneladas por mes en promedio durante el primer semestre de este año.
Una cifra que representa la primera caída interanual de exportaciones argentinas de biodiesel, que provocó que la industria perdiera su rol líder en los mercados.
Carbio recordó que ante las restricciones impuestas por Europa, se ha generado una enorme pérdida de valor para toda la cadena y por lo tanto para el país y señaló que existe la posibilidad de sostener esta industria con el aumento de corte en el mercado interno, sosteniendo los precios de la cadena y el empleo, además de sustituir en parte las crecientes importaciones de gasoil con un producto 100 por ciento nacional evitando la salida de divisas.
En ese marco, que Martínez consideró necesario que el biodiesel pueda contar con el mismo régimen impositivo que el gasoil importado. Este último está exento del pago de 41 por ciento de impuestos al gasoil y el ex ITC (impuesto a la trasferencia de combustibles), mientras que el biodiesel producido en el país con mano de obra e insumos locales sí los tributa.
“Además de ser discriminatorio con la propia industria argentina, el consumidor paga más por un producto renovable que trae beneficios sociales por la mejora al medio ambiente y el trabajo que genera en el país, hecho que hace reflexionar sobre la conveniencia de establecer mecanismos que alienten a la industria del biodiesel”, remarcó .
“Una muy preocupante situación que debe llamarnos a accionar desde el Congreso de la Nación para interesar al Poder Ejecutivo a disponer medidas conducentes a evitar que esta nueva alternativa que tiene posibilidades ciertas de convertirse en una promisoria fuente de divisas por exportaciones, además de los beneficios importantes por aumento de valor agregado y cuidados al medio ambiente, naufrague por no poner en práctica medidas activas para defenderla”, puntualizó el legislador.