La participación en el mercado de las empresas administradas por grupos familiares fue cayendo hasta representar el 50 por ciento del total. Los cambios que presentó el negocio en las últimas décadas, sobre todo por el ingreso de las petroleras en la venta minorista, alteraron este esquema. Aseguran que contribuyó la legalización del divorcio.
Las bocas de expendio de combustibles comenzaron a radicarse en nuestro país a principios del siglo XX, en paralelo con el crecimiento de la YPF estatal y del parque automotor. Desde un primer momento fueron administradas en su gran mayoría por operadores independientes en colaboración con los hijos y otras parientes del grupo familiar. Así se desarrolló la actividad hasta la década del 90, momento en que las compañías se dieron cuenta que dominar toda la cadena de comercialización era un negocio más redituable.
Según apunta Miguel de Paoli, presidente de la Cámara de Expendedores de Chaco (CECACH) también contribuyó a este proceso de desaparición de los establecimientos Pyme “la traslación de parte del paquete accionario a terceros ajenos a la familia tradicional a causa de divorcios o el fallecimiento de la primera generación”.
Explica el dirigente: “esta alta mortandad se origina principalmente por problemas de gestión en la organización, así como por el cambio de manos entre familiares, pues no prevén tener un plan de sucesión. Con estos antecedentes, se mencionan los problemas más usuales que debieran evitarse en una empresa familiar: efectividad versus afectividad; falta de competencias y de indicadores de desempeño; alta rotación de no familiares; falta de claridad en la estructura organizacional; gastos versus ahorros: conservadurismo excesivo; luchas de poder y sucesión del líder, entre otros”.
Además, en los últimos años los proveedores lanzaron a la plaza puestos de venta sofisticados, que incorporan lo último en tecnología, ubicados en zonas estratégicas y con preferencias en cuanto al abastecimiento y atención al cliente. Estos beneficios sedujeron a los automovilistas, dejando como segunda opción a los establecimientos sin bandera, pequeños o rurales. El 25 por ciento de las naftas y gasoil que se consumen en nuestro país son despachados directamente por las compañías petroleras.
¿Cuáles son los indicios que revelan que se trata de una empresa familiar? De Paoli menciona algunos: cuando la composición de la firma es unipersonal o en el caso de las empresas inscriptas como Sociedades Anónimas o Sociedades de Responsabilidad Limitada que los accionistas son los cónyuges. “Algunos autores definen la empresa familiar como aquella en la que el control accionario está en manos de los cónyuges o de dos o más miembros consanguíneos y en la que trabaja más de un familiar también consanguíneo, pudiendo ser o no los inversionistas”, precisa el operador chaqueño.
El dirigente lamenta esta tendencia que sufre el sector debido a que “las empresas familiares pueden tener por su propia naturaleza dos grupos de fortalezas que son ciertamente esenciales y diferenciales para todo tipo de actividad empresarial: la unidad y el compromiso”.
