Según confirman empresarios del rubro las compañías están extendiendo el vínculo comercial con las estaciones de servicio por 5 años, pero de todas maneras no evita que el grueso del volumen lo despachen los puestos de venta que les son propias. La regularidad en el abastecimiento es la clave para entender el proceso
Todas las marcas presentes en el mercado están renovando por lo general los contratos de abastecimiento con sus operadores a cambio de que estos acepten condiciones comerciales adversas, tales como la descarga del impuesto a los débitos y créditos bancarios, la obligación de pagar por anticipado el combustible o hacerse cargo de los daños ambientales.
En todo el país se está desarrollando la misma tendencia, por lo que se puede intuir que se trata de una política global sugerida por funcionarios del Ministerio de Planificación Federal y de la Secretaría de Energía, tras tantos reclamos de las cámaras empresarias y del gremio a nivel nacional acerca del tema. Asimismo, las mejoras en las refinerías habrían facilitado el proceso porque hay más volumen a disposición de los expendedores.
Martín Turcumán, asesor letrado de la Cámara de San Juan, reconoce que en este aspecto hubo un cambio positivo en relación a 2011, cuando las empresas se negaban a extender los contratos de suministro, pero así y todo aclara que “no frena el proceso de concentración de la venta de combustibles en las estaciones que pertenecen a las petroleras”.
“Es una cuestión de abastecimiento”, apunta. Si los comercios oficiales reciben todas las variedades de productos con mayor regularidad, los consumidores se vuelcan a estos locales con la expectativa de llenar el tanque. El resto de los operadores, en cambio, en momentos de escasez, pasan varios días sin stock. “Puede haber muchas bocas pero si sólo se abastecen las de la red de las empresas no cambia nada”, explica.
Según datos de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA) de un total de 3.738 puestos de carga de combustibles, hay 589 que venden menos de 200.000 litros por mes, en su mayoría locales de YPF o blancos. Los establecimientos que pertenecen a alguna bandera tienen un promedio de venta de 270.000 litros mensuales, mientras que las que pertenecen directamente a las petroleras duplican la cifra, con 566.000 litros.