En 2003 las bocas de expendio tenían que despachar 250 litros de nafta súper, mientras que diez años más tarde la cifra ascendió a 795 por el atraso en los precios y la actualización de los sueldos a la par de la inflación. La situación se repite con el gasoil y el resto de los productos
Desde el ascenso de Néstor Kirchner como Presidente de la Nación, allá por el año 2003, el mercado de los hidrocarburos en nuestro país mantuvo una política de precios bajos, desalineados con las referencias internacionales, tanto en lo que respecta al valor del gas en boca de pozo, el barril de petróleo crudo que se vende a las refinerías locales, como así también en las naftas y el gasoil en los surtidores.
Las estaciones de servicio se vieron afectadas por tal decisión, ya que al no disponer de un margen de ganancia coherente con las necesidades del negocio – como ocurre en otros países de la región – la rentabilidad del rubro pasó a depender en gran medida del valor de los combustibles al público.
En consecuencia, la relación entre el precio de los productos que ofrecen las bocas de expendio y el costo del personal fue variando. En 2003 el litro de nafta súper de YPF, la marca más importante de la plaza local, costaba $1,86 y el de diesel $1,34, mientras que hoy, en la misma bandera, se consiguen a $6,25 y $5,71.
El salario mínimo de un playero, en cambio, pasó en el mismo período de $406 a $4.550, lo que representa un incremento del 1.100 por ciento. Frente a este atraso de los precios, en el caso de la nafta súper, los expendedores tienen que vender 3,2 veces más de litros que hace diez años para pagar un jornal, ya que la proporción pasó de 250 a 795. En gasoil el equivalente es algo menor – 2,5 veces – pero no deja de ser alto: 905 litros.
La evolución del litro de la nafta de YPF en la Capital Federal fue la siguiente: 2003 y 2004, $1,864, en 2005 subió apenas dos centavos y se ubicó en $1,889, cifra que continuó hasta 2007 cuando sufrió un aumento del 20 por ciento. En 2008 se ofrecía a $2,65 el litro, en 2009 escaló 45 centavos para llegar a los $3,10, en 2010 se posicionó en $3,92 y en 2011 alcanzó los $4,82. El año pasado escaló un 30 por ciento y llegó a $6,25.
De acuerdo a información del sector, en el año 2005 las pizarras se mantuvieron congeladas pese a que el salario de un playero pasó de 406 pesos a 1000. A partir de 2007 los convenios colectivos se actualizaron a razón de un 20 por ciento anual, salvo en 2011 cuando los empleados consiguieron aumentos por encima del 30 por ciento, algunos puntos más de lo que se acordó el año pasado.
