Mariana Matranga, la titular de la cartera, respondió a la Federación de Expendedores de Combustibles (FEC) que encargará un estudio a organismos competentes para analizar si el incremento del corte obligatorio de biodiesel en gasoil y bioetanol en las naftas es posible sin afectar la calidad de los combustibles.
Daniel Scioli, el candidato a presidente por el Frente para la Victoria (FPV) prometió en medio de la campaña electoral que en caso de ser presidente llevaría la mezcla obligatoria de etanol con naftas al 15 por ciento, en respuesta al reclamo de los industriales de caña de azúcar del norte del país, que se encuentran con complicaciones financieras por la caída del precio internacional.
Ante estas declaraciones, Luis Malchioldi, presidente de FEC, presentó una nota a la cartera energética, planteando la importancia de considerar la incidencia que dicha medida tendría en la calidad de los productos que se comercializan en el país, teniendo en cuenta las especificaciones de los motores que utiliza la industria automotriz en nuestras pampas.
“Mariana Matranga nos dio una respuesta; consideraron nuestra posición y nos dijeron que iban a pedir sugerencias sobre el tema a organismos especializados y autoridades competentes”, informó el dirigente.
En principio, por parte del sector empresario sería consultada la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA) y en representación del ámbito público especializado el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Es lo que plantearon los estacioneros, pero desde el Gobierno no dieron precisiones sobre los organismos que serían apelados.
“Nosotros no estamos de acuerdo en seguir sumando biodiesel y bioetanol si no hay un dictamen técnico, porque el automóvil moderno, está yendo a la tecnología de las normas Euro V, y los camiones se tienen que adaptar”, sostiene Malchioldi.
Además, en caso de inconvenientes mecánicos agrega que “las quejas van a llegar a las estaciones; nosotros somos la cara visible ante el cliente”.
Como está planteada la medida, el empresario cuestiona que “es una decisión política para solucionar los problemas de los ingenios azucareros; habrá automóviles en otros países preparados para usar más proporción de alcohol pero en Argentina no están adaptados para ese carburante”.
Fuente: SURTIDORES