Según la empresa Olmedo Surtidores, se dispararon las ventas de máquinas expendedoras restauradas en lo que va del año. El secreto está en la conveniencia de precios que representa esta opción a los estacioneros frente a afrontar un gasto de miles de dólares en una máquina nueva.
“Hoy por hoy nuestro fuerte es vender surtidores”, suelta Luís Alberto Olmedo, titular de Olmedo Surtidores, firma dedicada principalmente a la compra, reparación y venta de dispensadores de combustibles.
Si bien, el empresario relata que la dinámica es fluctuante, asegura que en lo que va del 2015 se han vendido una buena cantidad de surtidores, sobre todo en el norte del país, como es el caso de la provincia de Santiago del Estero. No obstante, indica que tanto en el Conurbano Bonaerense como en Capital Federal las entregas han sido buenas, al igual que en el sur, sobre todo en Neuquén y Bahía Blanca.
“Nuestra empresa hace 30 años que está en el mercado, somos muy conocidos y tenemos llegada a todo el territorio nacional”, resume el comerciante y rememora: “gracias a este trabajo conozco prácticamente toda la Argentina”.
Asevera que los niveles de comercialización durante este semestre han sido “muy buenos” ya que proveen a todas las banderas, indistintamente de la firma. “Tenemos relaciones con todas las compañías”, se entusiasma.
Revela que el gran atractivo que encuentran los estacioneros es el precio con el que Olmedo Surtidores despacha las máquinas refaccionadas. “La reparación y el acondicionamiento lo estamos cobrando cerca de 8 veces menos de lo que vale un surtidor nuevo”, explica.
Por otra parte, Olmedo destaca que otra fuente de ingresos es el mantenimiento, que si bien es menos dinámica que la venta, se trata de otra salida. “Los cambios de filtros son lo más solicitado”, informa el empresario.