Actualmente YPF concentra el 34 por ciento del parque total. Sin embargo, en menos de tres años habría movimientos trascendentes por los planes de inversiones que presentan las empresas, siendo AXION energy la que mayores expectativas presenta por su proyecto de sumar 200 bocas.
Argentina modificó sustancialmente el negocio de los combustibles. De una política de precios bajos y congelados pasó a ajustar los valores al público a un promedio del 35 por ciento por año con el objetivo de mejorar los márgenes de las petroleras para que puedan desarrollar la explotación de hidrocarburos en Vaca Muerta, el yacimiento ubicado en la cuenca neuquina que promete salvar al país en materia de energía.
Como además crece el consumo de naftas a un ritmo sostenido, las banderas miran el mercado con mejores perspectivas y ahora seleccionan puntillosamente las estaciones de servicio que les conviene mantener a los fines de ubicar los excedentes de volumen que se alcanzarán en los próximos tiempos cuando concluyan las obras de ampliación en las destilerías locales. Los pasivos ambientales, la ubicación y el estado de las instalaciones son los puntos que evalúan con mayor atención.
De acuerdo a datos de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA) actualmente YPF maneja 1530 locales sobre un total de 4407 en todo el país, lo que representa el 34 por ciento del share. Segunda en importancia aparecen las blancas con el 13 por ciento, seguidas por Shell con el 14, Esso el 11,6, Petrobrás el 6, al igual que Oíl Combustibles y PDVsur el 2 por ciento.
En menos de tres años esta proporción podría cambiar drásticamente: AXION Energy está en la búsqueda de 200 nuevos comercios hasta 2017, proyecto que le permitiría acaparar el 16 por ciento del mercado de las estaciones. Actualmente tiene 530 establecimientos, de los cuales 70 pertenecen directamente a la compañía. En promedio, las petroleras dominan entre un 10 y 15 por ciento de la red.
YPF también trabaja en la misma línea, preocupada además por garantizar el abastecimiento de combustibles. No sólo tiene en cuenta la excelencia de los locales; por su control estatal se propone potenciar las economías regionales, tal como se observa en los fundamentos del Módulo de Abastecimiento Social (MAS).
El resto no muestra signos de crecimiento pero todavía es prematuro para considerar sus aspiraciones de largo plazo. Argentina abrió un abanico de posibilidades en menos de dos años – por la actualización de los precios del barril de crudo, del gas en boca de pozo y de los combustibles al público -, lo que obliga a repensar las estrategias.