El martes que viene la entidad llevará adelante una reunión de comisión directiva para analizar la posibilidad de convocar a un congreso nacional en el que se evalúen medidas de fuerza. Como primer paso estudian juntar a petroleras y cámaras empresarias a una audiencia, pero admiten que no confían en conseguir mejoras a partir del dialogo
Cuando parecía que dueños de estaciones de servicio y empleados iban camino a organizar protestas en todo el país para reclamar en conjunto por los problemas de rentabilidad que vive el sector, la semana pasada la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos de Argentina (CECHA) definió postergar medidas de protesta, con la expectativa de que a través de fluidas conversaciones con las petroleras – principalmente YPF – se pueda conseguir un aumento en las comisiones.
Andrés Doña, Secretario Gremial de la Federación de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicio (FOESGRA) admite que “esta decisión no cayó nada bien” en el movimiento obrero. Los empleados consideran que “es imposible llegar a algo a través del diálogo con YPF”.
En tanto, Doña propone reunir en una misma mesa de debate a “petroleras, cámaras empresarias y trabajadores, para elaborar un mecanismo de comercialización que garantice a las pymes la continuidad en el negocio”. Reafirmando esto precisó que “nuestro pedido concreto es por el mantenimiento de los puestos de trabajo”.
En este contexto, el próximo martes FOESGRA va a plantear en reunión de consejo directivo la posibilidad de convocar a un congreso nacional para los próximos días – sería lo antes posible – a los fines de que todas las provincias puedan dar su visión frente al tema. “A partir de ahí analizaremos los pasos a seguir”, admitió el dirigente, dejando entrever la posibilidad de entrar en conflicto con las autoridades y petroleras.
De acuerdo a datos de mercado, en nuestro país aproximadamente apenas el 12 por ciento del total de los puestos de venta de naftas y gasoil pertenecen directamente a las compañías petroleras. No obstante, concentran el 50 por ciento de las ventas totales.
Esto, sumado al esquema de comercialización que propone YPF a sus operadores y a los problemas de rentabilidad que de por sí enfrentan los establecimientos sin bandera por no contar con un proveedor fijo, arman un combo peligroso que deja al borde del abismo al grueso de los empresarios del sector. “Vamos a ver si encontramos un mecanismo que pueda dar respuestas a estos problemas”, concluyó Doña.
Expendedores desactivan medidas de protesta y apuestan en conseguir mejoras a partir del diálogo