Operadores de esta bandera aseguran que despacharon un 15 por ciento menos de combustible durante los días sucesivos al ajuste de precios. De todas maneras se ilusionan en recuperar clientes cuando YPF se quede sin productos ya que opinan que la estatal no está en condiciones de absorber más demanda.
Todo vuelve a su punto de partida. Shell incrementó sus productos un 12 por ciento de un tirón con el objetivo de compensar el aumento de costos que sufrió – al igual que todas las empresas – por la devaluación de la moneda y se posicionó una vez más por lejos como la marca más cara de la plaza. Con estos cambios, YPF quedó nuevamente hasta dos pesos por litro más abajo.
Los consumidores leyeron instantáneamente estas diferencias en las pizarras y se abalanzaron hacia los comercios de la estatal para ahorrar 100 pesos por una carga completa de nafta súper. Según informó Alejandro Martorell, Secretario de la Cámara de Expendedores de Salta y operador de la anglo-holandesa, “en los dos primeros días bajaron las ventas un 15 por ciento”.
De todas maneras, el empresario de Shell aclara que es prematuro hacer un análisis de lo que puede ocurrir en el futuro, consciente de que cuando las estaciones de YPF se quedan sin producto la gente se acerca a las competidoras para abastecerse. Este es el panorama que vive el mercado desde hace años: la oferta y demanda global están minuciosamente ajustadas y las compañías no tienen posibilidad de crecer en participación.
Recién a partir de 2016 podría haber cambios en la distribución de la torta, cuando Axion Energy concluya con los planes de inversión previstos para su destilería de Campana y esté en condiciones de acaparar una porción más importante de las ventas. YPF trabaja en la misma dirección mientras que Shell, Petrobras y Oil Combustibles no hicieron anuncios de trascendencia al respecto.
Mientras tanto, los expertos en energía analizan que en algún momento YPF tendrá que acercarse al resto de los jugadores, no sólo para desligarse de la responsabilidad del abastecimiento a nivel general, también para evitar incurrir en mayores importaciones de productos, sobre todo ahora que son un 25 por ciento más costosos por la desvalorización del peso.
Además, el plan de inversiones que presentó la empresa para explotar los recursos no convencionales del yacimiento Vaca Muerta requiere de una actualización de los precios internos para sostener económicamente el proyecto tal como fue estimado desde un comienzo: 37.200 millones de dólares durante el período 2012-2017.
