Las marcas más importantes del mercado de los combustibles en nuestro país disminuyeron su parque de bocas de expendio en aproximadamente un 40 por ciento. ¿Cuáles provincias fueron las más afectadas? Una problemática que no se termina de resolver, aunque con matices distintos.
De acuerdo a un relevamiento realizado por la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA) bajaron las persianas 1007 establecimientos de YPF, 459 de Shell y 477 de ESSO, entre 1999 y agosto de 2015.
En el caso de la ahora petrolera estatal, durante gran parte de este período operada por el Grupo Repsol, en Buenos Aires pasó de 846 puestos a 511, lo que implica una merma del 40 por ciento. En Santa Fe, la sangría fue aún más abrupta: bajó de 276 a 119, lo que determina un 60 por ciento menos que actualmente.
Shell, por su parte, no se quedó atrás: disponía en 1999 de 1077 comercios mientras que ahora maneja apenas 618. En Santa Fe fue también donde más redujo su participación de mercado: cerró un 50 por ciento de los locales. En Capital Federal, lo hizo incluso en un 60 por ciento.
Esso, firma que vendió sus activos a AXION Energy, perdió 477 establecimientos a lo largo y ancho del país, siendo la Provincia de Buenos Aires el bastión más damnificado. Allí se quedó con apenas la mitad de estaciones.
Esto demuestra el aumento de operadores independientes o blancos, que en la década del menemismo eran 792 y luego de 16 años la cifra subió a 1072. Fue el único segmento que evolucionó en positivo, pero a la vez el que mayores inconvenientes de rentabilidad padece.
En el caso de Petrobras, que acompañó esta tendencia del negocio, pero sufrió cambios trascendentes en su composición – adquiriendo los surtidores de Eg3 – las estadísticas no revelan la realidad del proceso, también por la venta producida a Oil Combustibles, del Grupo Indalo, que según los datos de la cámara empresaria tiene 308 bocas registradas en la Secretaría de Energía.
Lo que el estudio desarrollado por CECHA marca es la ambigüedad que signó la actividad de los empresarios de combustibles de todas las banderas, ya que mientras se redujo el parque expendedor durante este mismo lapso de tiempo creció exponencialmente la cantidad de rodados en circulación. Pasó de 10.147.931 en el año 2000 a 13.580.831 en 2015.
